- ¡Qué no! ¡Qué no voy!
- Cariño tienes que ir al cole, además allí están todos tus amigos.
- ¡Qué NO! ¡No quiero ir!
- Bueno,
ya me he cansado, en cinco minutos te quiero ver listo y caminando hacia la
escuela. ¿Me has entendido?
Y así, muy enfadada termina mamá la discusión. Y yo me tengo
que vestir y caminar hacia el cole. ¡Qué rollo! Me gusta estar en la escuela,
pero no ir y volver caminando solo. Eso me da mucho miedo, porque en el camino
vive el viejo loco con sus feroces bestias. Todos los días veo como me mira desde su
ventana, con una sonrisa siniestra, planeando como secuestrarme o algo más
horrible. Pero lo peor, son esos 2000 lobos monstruosos, que cada vez que me
ven vienen a atacarme y a morderme sin piedad. Yo procuro pasar por allí haciendo
el menor ruido posible, sigilosamente, como una pluma que cae al suelo. Pero no sé cómo, siempre consiguen saber que
estoy delante y salen con sus enormes dientes a atacarme. Yo siempre escapo
corriendo lo más rápido que puedo hasta estar a salvo. Estoy seguro que el
señor, los entrena para atacar a la gente.
Mamá siempre me dice que son cinco perritos diminutos y que
yo soy más grande y fuerte que ellos, que si no les hago caso no me van a hacer
nada. Y al contarle lo del malvado guardián de la ventana, se ríe diciéndome
que no diga tonterías, que solo es un señor mayor que al vivir solo se aburre y
no tiene nada mejor con lo que entretenerse.
Los adultos no entienden nada, nadie quiere creerme. Pero yo
sé, que dentro de esa casa pasan cosas horribles y no dejaré de tenerle miedo
por mucho que todos intenten convencerme de lo contrario.
Creo que puedo entender a ese incomprendido.
ResponderEliminarSaludos.
Una apertura muy auspiciosa para lo que sería un insospechado cuento de terror!
ResponderEliminar=)